Desgarre Muscular

Los humanos contamos con más de 600 músculos en todo el cuerpo que nos sirven para llevar a cabo casi todo lo que hacemos – desde levantarnos de la cama por la mañana hasta bombear la sangre del corazón que llega a todo tu cuerpo. Existen músculos voluntarios, como los que utilizamos para mover las piernas, o involuntarios como el músculo cardíaco que funciona sin que nosotros lo sepamos.

Los músculos esqueléticos forman parte del grupo de los voluntarios. Están unidos a los huesos a través una especie de cuerdas que llamamos tendones. Esta unión tan fuerte que conforma nuestro capacidad ciclomotora puede sufrir múltiples problemas que afecten su buen funcionamiento. Hoy os hablaremos de los desgarros o roturas de fibras que pueden ocurrir en los músculos del sistema esquelético.

Qué es un desgarro muscular o rotura de fibras musculares

El desgarro muscular, también llamado rotura de fibras musculares, consiste en una lesión que hace que las fibras del tejido conforman al músculo sufran una distensión o se rompan. La forma más común en la que puede producirse un desgarro muscular es por un estiramiento brusco que excede la capacidad de estirarse que tiene el músculo en cuestión. Asimismo, puede ocurrir por una lesión directa sobre el músculo, como por ejemplo un golpe, que provoque esa ruptura. Sin embargo existen múltiples causas que pueden producir o favorecer una rotura de fibras y de ellas depende la gravedad de cada caso.

Causas de rotura muscular más frecuentes

Dentro de las principales causas de rotura muscular podemos mencionar.

• Falta de elasticidad: un músculo rígido es más propenso a sufrir desgarros ya que tiene menor capacidad de adaptarse a movimientos.

• Hidratación y alimentación: un músculo deshidratado o malnutrido tiene una mayor posibilidad de romperse por su debilidad, por ello es importante a la hora de hacer deporte hidratarse correctamente, consumir calcio, potasio, etc.

• Calentamiento: antes de practicar un deporte es necesario calentar los músculos para favorecer su elasticidad, un músculo que se somete a movimientos bruscos en frío es muy propenso a sufrir lesiones.

• Descanso: el descanso y el sueño son indispensables para que los músculos puedan relajarse y tener tiempo de recuperarse luego de una intensa actividad.

• Desequilibrio muscular: los grupos musculares del sistema esquelético están conformados por distintos músculos que tienen funciones contrarias entre sí y deben mantener un balance. Cuando este balance que mantienen ambos pierde el equilibrio natural, aumenta el riesgo de lesión.

Desgarros musculares más comunes

• Desgarro muscular en el cuádriceps: se origina en la parte delantera del muslo cuando este sufre un traumatismo severo. Es común en deportistas.

• Desgarro muscular en los isquiotibiales: los músculos isquiotibiales son el semitendinoso, semimembranoso y el bíceps femoral, los cuales permiten la flexión de la rodilla y la extensión de cadera.

• Desgarro muscular en el gemelo: las fibras musculares de la pantorrilla suelen romperse al realizar un excesivo estiramiento o carga.

Tipos de rotura muscular

Los desgarros musculares se clasifican en varios tipos, dependiendo de su gravedad:

• Desgarro muscular de primer grado: las fibras musculares han sufrido ciertos daños, pero no son graves.

• Desgarro muscular de segundo grado: en este tipo, tiene lugar una rotura muscular de las fibras de manera parcial.

• Desgarro muscular de tercer grado: es el más grave, ya que la rotura muscular es total.

Síntomas de un desgarro muscular

En los casos leves, o roturas musculares de primer grado, puedes sentir simplemente mayor sensibilidad y tensión en el músculo. Incluso es posible que puedas continuar con tus actividades sin ningún inconveniente. Aquí el mayor problema que existe es no detectar el desgarro a tiempo y no realizar el tratamiento adecuado para recuperarse.

En los casos más graves de desgarro muscular, o desgarros musculares de segundo y tercer grado, notaremos un dolor muy intenso, por lo que será muy difícil no prestar atención a la lesión. La inflamación y rigidez de la lesión de la zona serán intensos y se sentirá dolor al realizar cualquier actividad. En los desgarros musculares de tercer grado, además de tener un dolor agudo y la zona inflamada, perderás completamente la función muscular en la zona afectada.

Tratamiento

El tratamiento que tu médico especialista te indique para un desgarro muscular leve o de primer grado seguramente puedes hacerlo desde tu propia casa. El método más conocido para hacerlo es el método PRICE, por sus siglas en inglés que significan:

• Proteger (protect): cuidar la zona afectada de otras lesiones.

• Descansar (rest): hacer reposo y no sobre exigir al músculo.

• Hielo (Ice): aplicar frio a la zona afectada para bajar la inflamación.

• Comprimir (compress): aplicar presión sobre la lesión.

• Elevar (elevate): mantener en alto la zona afectada para reducir la presión que favorece a la inflamación.

En los casos graves de rotura de fibras musculares puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reparar el tejido. Este proceso es generalmente acompañado un tratamiento de rehabilitación acompañado con ejercicios que te indicará un fisioterapeuta especialista en rehabilitación. Asegúrate de asesorarte con los mejores profesionales para poder recuperar tu capacidad muscular al 100% y no sufrir lesiones futuras.

Además, hay un nuevo método que resulta muy conveniente para todo tipo de lesiones deportivas, hablamos de la terapia con células madre. Pues la aplicación de células madre en desgarros musculares se ha comprobado que es de gran eficacia, ya que se acelera el proceso de recuperación, es por eso que aparte de aplicarse en desgarros musculares, también se aplica el tratamiento en roturas óseas o articulares.

Cómo prevenir desgarros y roturas de fibras musculares

Como ya conocemos las causas y factores de riesgo que pueden producir los desgarros musculares, sabemos cuáles son las medidas básicas que debemos tomar para evitar un desgarro:

• El calentamiento es la regla número uno para evitar desgarros musculares. Procura buscar una rutina de ejercicios para calentar los músculos antes de realizar actividad física, así aumentas la oxigenación, flujo sanguíneo y elasticidad de tus músculos.

• Estirar siempre al finalizar de hacer deporte para evitar que se acorten los músculos y pierdan flexibilidad.

• Escucha siempre a tu cuerpo, ya que es importante no sobre exigir los músculos.

• Ten cuidado con el calzado y equipamiento que utilizas para hacer deporte.

• La alimentación y la hidratación correctas para mantener la salud de ligamentos y músculos son también medidas preventivas fundamentales.

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